México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en número de denuncias sobre estafas y crímenes en internet, según la división de seguridad digital del FBI.
Los ataque más comunes llevados a cabo en contra de organizaciones y empresas de casi cualquier tamaño fueron los correos falsos enviados a cuentas corporativas, las estafas de soporte técnico, la extorsión y el ransomware.
Durante 2016, se recibieron más de dos mil 673 reclamos identificados como infecciones de ransomware que provocaron pérdidas por más de 2.4 millones de dólares.
En casi todos los casos, los cibercriminales exigieron el pago de un rescate a través de la criptomoneda Bitcoin.
De 2016 a la fecha, las compañías de todo el mundo, principalmente las de Estados Unidos, España, México y el resto de América Latina, sufrieron estafas provenientes de correos electrónicos diseñados para desviar transferencias bancarias.
Esto no solo paralizó a las organizaciones afectadas, sino que también generó pérdidas millonarias en tan solo un par de días.
Mucho del dinero desviado fue usado para adquirir Bitcoins que luego fueron imposibles de rastrear por las autoridades, que se vieron cerradas a cerrar los expedientes debido a la falta de pistas para continuar con la búsqueda de los responsables.
Se calcula que las pérdidas sufridas por este tipo de estafas fue de 360 millones de dólares, tan solo en 2016.
La extorsión por otro lado, también se hizo presente como una de las formas más comunes en las que los cibercriminales afectaron a los Directores Ejecutivos y CFO’s de decenas de compañías de todo el mundo pues en un par de horas, se perdieron miles de millones de dólares que al final, solo se sumaron al pago de un cuantioso rescate en Bitcoin que no siempre acabó en la liberación de la información secuestrada.
Debido al creciente valor del Bitcoin, muchas empresas pequeñas han optado por usar parte de su presupuesto para adquirir algunas de esas criptomonedas. El problema llegó después de que su valor decreciera más de 10 mil dólares de la noche a la mañana durante las primeras semanas de 2018. Esto provocó pérdidas millonarias a las compañías que confiaron en esta criptomoneda.
El valor de esta divisa virtual se basa en la especulación, en la oferta y demanda de los usuarios, pero debido a que no existe un organismo que la regule, no hay nadie a quien reclamarle cuando la moneda pasa de valer 4 mil a solo 2 mil dólares.
Ya en 2014 la Procuraduría Federal del Consumidor de México alertó a quienes estuvieran interesados en hacer transacciones con Bitcoin, de que no existe forma en que los usuarios puedan reclamar en caso de convertirse en víctimas de fraude derivado de esta polémica divisa.
Tan solo en 2017, cinco mil personas que invirtieron en criptomonedas, resultaron estafadas por supuestos brokers, generando pérdidas que podrían superar los 200 millones de dólares.
Hoy en día existen innumerables casos de personas que perdieron su dinero invirtiendo en Bitcoin, pero tampoco se trata de demonizar la criptomoneda, sino de verla con cierto recelo para conocer sus oportunidades y también sus limitantes.
Al ser una divisa basada en el Cloud, la Bitcoin tiene un potencial de seguridad altísimo, pero que suele ser aprovechado por criminales que solo buscan lucrar con la ignorancia de la gente y las empresas.
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