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El top 10 de cómo mejorar la inteligencia emocional de tu equipo para la mejor toma de decisiones
Una empresa, grande o pequeña, funciona como un organismo vivo donde cada elemento hace una función que permite funcionar a un todo.
Sin embargo, el bienestar emocional de cada engrane es también el origen de una decisión, ya sea buena o mala; pero de ti depende que ese elemento en particular se encuentre en el mejor de los estados emocionales para incrementar la posibilidad de que cada uno tenga ideas cada vez más proactivas.
Pero antes comencemos por explicar qué compone la inteligencia emocional.
Ser emocionalmente inteligente es un estado que te permite adueñarte de las emociones que te hacen reaccionar de cierta manera ante ciertos estímulos externos.
Alguien con una alta inteligencia emocional no se deja llevar por un enfado o el estrés, sino que busca el origen de sus preocupaciones para resolverlas y seguir adelante.
Sin embargo, se ha demostrado que ser emocionalmente inteligente no siempre es bueno en todos los casos, pues existen ocupaciones en las que el exceso de este tipo de inteligencia puede ser contraproducente en trabajos más mecánicos o de precisión.
Para saber si tu equipo es emocionalmente inteligente, debes realizar una serie de pruebas que te dejarán saber qué tan en control está cada miembro de este ante los estímulos externos o internos.
Recuerda que sólo tú o un experto pueden dar feedback en este aspecto, pues la gente no suele ser muy buena evaluándose a sí misma en cuanto a su nivel de inteligencia emocional se refiere.
También cabe destacar que no todas las personas reaccionan de la misma manera a un evento, pues existen factores como la edad, su profesión o su ideología personal, que moldean todas y cada una de sus decisiones, por lo que no todos deben ser medidos con la misma vara.
Acércate a un experto en Recursos Humanos para que te oriente sobre cómo saber si tu equipo de trabajo tiene una inteligencia emocional alta y si es capaz de desarrollar elementos clave para el trabajo en equipo como el liderazgo, la empatía, la influencia y la comunicación.
Por otro lado, cabe destacar que tu equipo de trabajo también puede componerse por miembros que pertenecen a distintas generaciones que van desde los Baby Boomers, aquellos nacidos entre los 50’s y los 60’s, la Generación X y los llamados Millennials (los que nacieron a partir de 1981 hasta 1995).
Debido a su contexto social, tecnológico e histórico, cada generación aprendió a reaccionar diferente a ciertos estímulos, por lo que entender qué motiva a cada uno y qué los hace reaccionar de manera positiva, es esencial para hacerlos trabajar en conjunto y hacia una meta en común.
A los Baby Boomers les gusta su trabajo, quieren quedarse varios años en una sola empresa y buscan, por sobre todas las cosas, estabilidad.
Por otro lado, a los miembros de la Generación X, les motivan los cambios tecnológicos, el trabajo en equipo y el desarrollo profundo dentro de una compañía.
Los Millennials tienden a ser más sociables, visuales y proactivos, lo que los lleva a ser la punta de lanza de la innovación dentro de una empresa.
Solo que cuidado: si tu Millennial no se siente conforme con el ritmo de trabajo o cree que no le das oportunidades de crecer o de trabajar como a él le gusta, no dudará ni un segundo en irse a otro lado.
Una vez que sepas qué motiva a cada miembro de tu equipo, tu deber es buscar la manera de estimularlos con el fin de sacar lo mejor de sí y de su inteligencia emocional. De esta manera te será más fácil impulsarlos a tomar las mejores decisiones tanto para ellos como para la empresa.
A continuación colocamos cinco pasos que te permitirán desarrollar tu inteligencia emocional y la de tu equipo:
Identifica la emoción y reflexiona
Cuando te sientas enfadado o decepcionado, no reacciones. Detente un momento, respira, reflexiona sobre el origen de esa emoción y busca la manera de tranquilizarte de nuevo antes de planear tu próximo movimiento.
Aprende a identificar lo que te afecta
Uno no está simplemente triste o enojado, sino que puede estar decepcionado, aletargado, febril, atribulado o afligido.
Sólo especificando lo que sientes en un momento determinado podrás dominar lo que te afecta, entenderlo y dar el siguiente paso.
Entiende que las emociones no son malas
Una emoción es el sistema que tiene tu cerebro para decirte que algo malo o bueno ha pasado y que debes reaccionar de cierta manera.
Si estás enfadado, es porque te hallas en una situación en la que debes reaccionar de una manera estratégica, defensiva o agresiva.
Si estás feliz es porque te sientes satisfecho y que buscarás maneras de repetir esa sensación.
Así también con el resto de las emociones, pues cada una te enseña a saber cómo llevar una situación, ya sea buena o mala.
Mantén el control
Nunca reacciones ante un estímulo externo, por alegre o desagradable que sea. Mantén la compostura, sé firme y siempre piensa en las consecuencias de tus actos, pues si bien tú estás furibundo o eufórico, el resto de las personas podrían no estarlo y se sentirán muy incómodas al ver que eres presa fácil de tus emociones.
¡Recuerda que las mejores decisiones se toman con la cabeza fría!
Evita la cafeína
Lo sentimos, adictos al café, pero esa bebida no hace más que exacerbar tus emociones, niveles de ansiedad y nerviosismo. ¡Eso no es nada bueno para la toma de decisiones!
Haz ejercicio y descansa
Mente sana en cuerpo sano, ¿no?. Si duermes lo que tu cuerpo necesita para reponer energías y mantienes un estilo de vida activo, tu mente se fortalecerá y se mantendrá más al margen de lo que tus emociones le dicten hacer.
Hay toda una serie de cosas que puedes hacer para incrementar tu inteligencia emocional, pero empieza por ti mismo y busca a un asesor que te ayude a desarrollar tu capacidad para tomar las mejores decisiones personales y de negocios.